El tiempo en Esperanza
Asediado por los reproches de Clara Sebastián se dirigió al siguiente mensaje sin terminar de leer y descubrió el de Ernestina.
From
Ernestina Angelini
To
Sebastián Angelini
Hola Pa
Disculpame por lo del otro encuentro por la última vez, en nuestra primera charla después de tantos años Te juro, hubiera querido acompañarte a Ezeiza, darte un abrazo. Cuando volverás? Sabés que me quedé a terminar el secundario acá en Mar de Ajó. Mami pataleó un poco pero finalmente aceptó. Hace pocas semanas y ya estoy de amiga de todos. Hay una agrupación que se llama H.I.J.O.S, por los hijos de desaparecidos. Ariel tu compañero me contactó con ellos. Un mundo x desconocido para mí. Las marchas, las movilizaciones para exigir justicia. Gente muy piola y comprometida. Y te quiero decir que conocí a Juan, un chico de la agrupación universitaria que estudia filosofía y letras. Te encantaría conocerlo porque es escritor como vos pa. Ay pa pienso en la sierras de Córdoba, ir con Juan al paseo de los artesanos, y después volver a la casita del camino al cuadrado en la sierra para ir a Río >Ceballos, reunirnos con vos y mami,. . .Hablen, charlen un poco.
Creo que encontré el amor de mi vida tiene 20 años y es cariñoso, y sabe tanto y me enseña tantas cosas
Te quiero pa.
Contestame pronto
Ernes
Los perturbadores correos no desplazaron el sueño de Sebastián. Antes de contestar ninguno se durmió pensando en Alejandra. Y ella pareció, como sucedía desde tiempo atrás corresponderle a la visita apareciendo en sueños. Esa noche, una playa abarrotada de moluscos, rodeada de una interminable hilera de torres de almenas engalanadas de malvones, era el escenario lunar por donde ella lo invitaba a correr tomado de la mano. Luego Ella, como la golondrina de primavera se alzaba en un vuelo rasante, escalaba los balcones de una casa de piedra. El corría los portones medievales. Subía entre armaduras y escudos y blasones que se fijaban a las paredes. Entonces la encontraba emergiendo de una tina de encina blanca y de aguas espumosas. Envuelta en una túnica de arabescos sonreía. Él se acercaba cuando se tendía en la alfombra salpicada de una corona de nardos. Tomaba la gargantilla que la cubría, tiraba con una lentitud de celebrante y se hundía, victorioso y anhelante en un valle de algodones acuosos, veía los soles gemelos ocultarse en una máscara de agónicos gemidos, sentía la miel turgente de sus colinas y luego perdía la conciencia en la abrupta garganta roja.
Despertó como todas las noches de madrugada y no pudiendo más sobrevivir a la asfixia de su recuerdo, se sentó a escribir
Mi adorada Alejandra . . .
Mi demora en contestar es precisamente el temor de haberte arrancado de una vida sin sobresaltos en la pacífica y bucólica Mar de Ajó, para arrastrarte a las turbulencias de nuestras luchas y nuestra historia. No me perdonaría jamás que algo malo, a vos o a los tuyos, te ocurriera a partir de este vuelco que has dado a tu mirada sobre nuestra historia reciente. Con esa entrega generosa, esa transformación, hace que te amé con mayor fuerza, con desesperación. No sabes cómo ha redoblado tu correo el amor que te tengo. Mi adorada Ale, mi pichona hermosa. Hermosa ahora no solo de cuerpo y rostro, hermosa del corazón, hermosa de valentía. Te imagino allí conviviendo con un hombre que ni siquiera se inmuta por el ángel que duerme a su lado. Hasta culpa siento de no haberte raptado como en las películas de aventuras medievales para arrancarte de esa torre de confort, rutina asfixiante, y horas y horas de esfuerzo para que no tenga nadie la gentileza al menos de agradecértelo como mas no sea con un gesto de cumplido. Es noche cerrada aquí en Torrevieja amor, el mediterráneo tiene un aire frío y limpio, y me muero de ganas de estar pisando la arena caliente de ahora en Mar de Ajó, o por las anchas calles de villa Clelia, llevándote de la mano, o como hicimos la última vez, tramando una conspiración de pasiones en una cabaña. Ahora entraré en un bar, y recordaré del vino que tomábamos antes de partirnos los labios con esa sed de náufragos, te soñé amor, te sueño, te anhelo, te idolatro, te extraño, te amo en todas las formas de amor que los poetas han imaginado a lo largo de los tiempos
Como sea, contra viento y marea, regresaré pronto a Mar de Ajó, y te amare con la devolución y ternura que mereces.
Tu seba
Mientras los correos incendiados de Sebastián llegaban regularmente, un sueño recurrente de Alejandra era recordar la última noche de la cabaña o el juramento frente al mar y la luna. La poesía cálida, la palabra acertada, el recuerdo vivaz se materializaba con cada mensaje. Decidió, pese a la distancia que empezaba a tomar de José por su revelación con el negro pasado, cubrir la apariencia de un matrimonio normal con la imagen exterior del típico matrimonio con pequeños hijos. Una parejita feliz, los tórtolos y su prole bulliciosa. La familia Ingalls versión latinoamericana. Y en la intimidad, un infierno de hielos o mecánicas cópulas, convencionalmente consentidas para formalizar la justificación de compartir un espacio bajo el mismo techo. Las ausencias de José se multiplicaron. Y sus escasa presencias los encontraron durante meses dándose la espalda. Una llamada telefónica de Madero le dice a su esposa que no regresará en una semana debido a una gira de venta por el interior de la provincia. Coincidió con uno de los vibrantes correos de Sebastián, que no solo anunciaba la determinación de volver, sino que parecía acariciarle cada palmo de la piel con palabras de un nuevo diccionario, con poemas arrancados de una alucinación de otro planeta. Imprimió el mensaje, para leerlo y releerlo una y otra vez y como el chico que lame y relame la cucharada de mermelada esperando encontrar una y otra vez el mismo rastro de sabor.
Luego de acostar los chicos, se duchó y se fue a la cama desnuda. Luego de arrojar el toallón a un lado y prenderse a la febril aventura de releer el mensaje impreso hasta aprenderlo de memoria, giró y se flexionó en posición fetal, el corazón latía con furia, un sudor frío humectaba la piel recién lavada, se apretó abriendo y cerrando los puños, con esmero y mesura, los senos estrangulándolos y soltándolos a intervalos regulares. Luego abrió la palma de las manos frotándolas desde el cuello hasta el vientre. Finalmente cruzó un antebrazo transversalmente sobre el vientre mientras el otro bajaba con una mano ávida hasta los muslos. La piel se le erizaba, y la mano comenzaba, al comienzo tímidamente, para luego subir la escalada hasta ganar un ritmo frenético sobre el monte del pubis.
Mordió con furia el toallón que sostuvo con la mano libre y que apagó el gemido. Se sacudió en unas convulsiones que cerraron aún más su flexión hasta ir relajándose y quedar inmóvil. Giró mirando la araña de bronce que pendía del techo como si recién la descubriese. En las sombras, una mueca le deformó los labios finos y volvió a tomar el tallón del piso. Esta vez, para secarse el torrente de lágrimas.
Querido Seba
Te he soñado despierta, te has vuelto indispensable para mantenerme en pie y no derrumbarme ante esta realidad que me aqueja… me es inevitable revivir en mi piel, en mi cuerpo y alma, esa pasión única que has despertado en mi desde la primera vez que fuimos uno!!
Y aquí estoy abriendo la ventana en mi dormitorio, envuelta en el toallón, necesito respirar un poco de libertad! Y que la brisa fresca de la noche despeje mis ojos humedecidos con nubes de tormenta, tormenta que me cuesta controlar si no estás a mi lado.
No has raptado mi cuerpo, pero te digo que raptaste mi corazón desde aquel primer cruce de miradas en la cena empresarial y no quiero que lo devuelvas! Es tuyo, se rindió a tu amor, a tu convicción de vida, a tu afán de lucha y justicia, y le hiciste descubrir que te corresponde, que no es muy distinto al tuyo por mas diferente que hayan sido nuestras vidas o culturas impuestas.
Sé que no soy consciente de todo lo que se está por venir, y no te voy a negar que algo de temor tengo, pues tú lo has dicho, soy una inexperta… Pero mi decisión no cambia, quiero unirme a tu camino corazón! Esperar lo que tenga que esperar, pasar lo que tenga que pasar, pero contigo!
Siento que eres el príncipe que ha despertado a la bella durmiente y ahora quiero hacer algo, involucrarme para evitar que más personas coman de la manzana envenenada.
Te amo de mar a mar!
Tu Ale.
Todos los temores, todas la dudas sucumbían frente a los correos de >Alejandra y Sebastián se sentía dueño del mundo en las largas caminatas por la playa más extensa y la más al norte, la de la Mata desde donde solía hacer la excursión hasta el Mirador Turístico de la Torre del Moro, una de las torres medievales que dieron el nombre de Torrevieja.
Unos pocos meses su jefe y amigo consiguió, luego de la entrega del trabajo de investigación de montos y etarras, que accediera a interesarse en intentar una suerte de corresponsalía permanente, con viajes mas o menos espaciados en un semestre.
Por fin llegó el momento de partir nuevamente hacia Argentina: y con ello rodo lo que significaba estar de nuevo junto a Alejandra.
Pero pronto comprendió que estaría nuevamente frente a Ariel y todo el grupo de >H.I.J.O.S al que se empeñaba de intentar de incorporarlo. Ernestina que comenzaba a conocer y a controlar de sus arrebatos de pasión y encanto aventurero
Y ahora la amenaza de Clara que se cernía sobre el hogar de Villa Clelia.
2° ENCUENTRO EN ARGENTINA
El vuelo de Iberia no llegó puntual a su destino en Ezeiza. Los relatos de los compañeros de Ariel Ingaramo lo sobresaltaron cuando le relataron la masacre en los bosques del aeropuerto cuando regresó Perón en 1973. Cavilaba cuando el tren de aterrizaje arrancó los agudísimos silbidos por encima del rugido de las turbinas.
Había enviado desde Torrevieja los correos necesarios y suficientes. Al administrador del complejo de cabañas en Mar de ajó, a los compañeros de La Plata, a la fiscalía federal del Tribunal Oral en lo Criminal respondiendo a la citación recibida, a Ernestina y por supuesto a Alejandra
From:
Sebastián Angelini
Torrevieja Alicante
To:
Alejandra Eberhard
Mar de Ajó Argentina
Hola Querida, amada soñada Ale
Sería difícil describirte la emoción que tengo de saber que en horas pisaré suelo argentino y estaré tan cerca. Serán unos días después del 27 porque debo estar en La Plata para declarar en los juicios que investigan los delitos de la represión entre los que se incluyen los de mi madre y mi medio hermano.
Pero después me llegaré a las cabañas que conocemos en Mar de Ajó. Ardo de deseos por tenerte allí Alejandra. Trabajé mucho y lidié con medio mundo para conseguir volver. Pero es realidad. Pronto muy pronto estaremos juntos. No escribiré demasiado, porque no hay escritura suficiente para decirte lo que siento. Solo que te amo con la pasión de siempre u esta vez vuelvo para traerte conmigo a Torrevieja, a enseñarte como brilla de azul el mediterráneo, como huelen las fritangas y el azafrán del arroz con mariscos en las fondas, ay amor si Dios me concedería llevarte ni bien arribe a Argentina. Pero deberemos ocuparnos de los compromisos políticos para luego planear nuestra vida futura. Vamos chavala que vengo por ti!
Te amo pichona
Seba.
From
Ernestina Angelini
Mar de Ajó Arg.
To:
Sebastián Angelini
Torrevieja Alicante
Pa! Cuanto me alegro que puedas volver. Estaremos en Ezeiza para recibirte con Juan. El Juani tiene que ir a Bs As a ver sus tíos y aprovechamos para hacernos una corrida a esperarte. Y así conocés al Juani. Aquí los compañeros esperan para poder con tu declaración y tantos otros contribuir a hacer Justicia con tantos crímenes y cosas que pasaron en nuestra historia. He conocido tanta gente y aprendido tanto, pero tanto que me han hecho ver las cosas de otro modo.
Mami ha cambiado su humor de solo saber que venías aunque no lo admite. Hablen Che! Déjense de joder! Vos estás solo Pa, o por lo menos yo lo creo así sino deberías hacérmelo saber. Las cosas pasan, que se le va hacer!
Bueno bienvenido al hogar pa! Te veo besos de tu Erni!!!
From
Ariel Ingaramo
La Plata Arg.
To:
Sebastián Angelini
Torrevieja Alicante
Bienvenido a la patria cumpa! Y espero que este regreso sea el definitivo. No solo por la agenda impuesta por los juicios sino para reconstruir el país que nos dejaron. Aquí los compañeros te han preparado una habitación en la casa de unos cumpas para que no estés lejos del juzgado. Habrá asados y vino argentino para agasajar al compatriota que viene a sumarse a la lucha. Un fuerte abrazo y te esperamos en La Plata con toda la gente
Cuando la hilera de pasajeros se derramó en el hall central a lo lejos Sebastián vio una muchacha con el pelo castaño claro suelto al viento, del brazo de un esmirriado muchacho que agitaba una bandera plástica argentina. Era Ernestina
Se abrazaron largamente. Con timidez Juan se acercó a tenderle la mano.
Tomaron un café en el mismo aeropuerto. Ernestina le habló con franqueza y desbordante de entusiasmo, orgullosa del muchacho que tenía a su lado.
-En dos días volvemos a Mar de Ajó. Allá nos veremos, y hasta podemos ir a la playa-
La conversación derivó en los planes de estudios de ambos, y lugares comunes. Sin embargo, no tocaron el tema de Clara. Cuando iba a preguntar, aunque mas no sea por cortesía, Ernestina se puso de pie. Miró a Juan que se puso rojo. Luego miró a Sebastián mientras se unía las manos junto al vientre:
-Pa. Vas a ser abuelo.-