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30 diciembre, 2017
Roberto Daniel Carrel había asistido al estadio rojinegro de barrio Norte junto a sus nietos, un tablón cedió y varias personas cayeron al vacío. Él llevó la peor parte y tras diferentes complicaciones dejó de existir. Se avecina un pleito judicial por el estado de la tribuna.
 
La familia clama justicia. Con razón quiere que le expliquen cómo y por qué, ya que se trató de una muerte absurda, tanto que hasta minutos antes, cuando un equipo periodístico de Esperancino.com.ar retrató a Roberto Carrel en la tribuna visitante, se lo notaba muy contento, disfrutando de una fiesta del fútbol junto a sus nietos.
Pero de repente, en un segundo, la realidad cambió, tanto que después de sufrir severas consecuencias tras caer de la parte superior de la tribuna su salud entró en un estado delicado y tras pelearla varias semanas en las últimas horas su vida se apagó definitivamente.
En el medio, según el entorno de la víctima, muy pocos dieron la cara, sólo hubo tibios acercamientos o “tanteos” que parecieron obedecer más que nada a la preocupación por las consecuencias legales que todo esto acarreará, que en ponerse a disposición para ayudar a la familia.
Por eso el enojo es doble, en vez de investigar para ver por qué cedió el tablón y en averiguar si alguien controló esa madera o por qué habilitaron un estadio con 2.500 personas y una infraestructura que para nada estaba en condiciones de soportar esa situación, algunos del ambiente pensaron más en el bolsillo que en una vida humana… Encima apenas pasó, cuando ni siquiera se habían comunicado para preguntar cómo estaba este hombre de 67 años, alguien hizo desaparecer el tablón, como para que no queden huellas: cuando la policía fue al otro día para realizar el peritaje, ya nada era igual, una o varios manos se habían encargado de cambiar la escena.
Es lo que siente la familia y, reiteramos, es entendible que así sea en medio del enorme dolor por esta pérdida tan irreparable como absurda.
El hombre era dueño de un conocido autoservicio de Cullen y 1º de Mayo, y le gustaba mucho hablar de deportes, en especial de fútbol, todos lo recuerdan por su carácter alegre y su habitual humor.
Por supuesto la pérdida es irreparable, pero igual sus allegados quieren conocer la verdad, por eso el tema está en manos de la Fiscalía y habrá que esperar que la Justicia ordene una serie de medidas.
Apenas supere el duelo, la familia intentará saber realmente qué fue lo que pasó y por qué sucedió, además de deslindar responsabilidades y conocer si se trató de un descuido o de una evidente falta de mantenimiento de un lado y de control del otro.
El fútbol lugareño está de luto, ¿ahora se interesarán por el tema o algunos seguirán mirando para el costado?, situación que alcanza a dirigentes, allegados y a varios medios de comunicación que por una pauta publicitaria son capaces de todo, incluso de dejar de lado este grave accidente que ahora derivó en una muerte.
Fuente http://esperancino.com.ar