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lEn el día de ayer, en la sesión de Concejo Municipal, se vivió una situación sin precedentes. No porque fuera la primera vez que renuncia un concejal, sino por la operación desplegada por cuatro concejales de la oposición, con el Presidente del cuerpo a la cabeza.

El Concejal Martín Franconi hace quince días cumplió con informar su renuncia, fundada en la asunción de una tarea clave, ser Secretario de Servicios Públicos. El Presidente del Concejo tenía un trabajo: poner en marcha los mecanismos institucionales en tiempo y forma para que el cuerpo legislativo a su cargo no quedara incompleto.

No hizo nada de eso. Con el objetivo de desenvolver alguna acción de tipo mediática o similar, pergeñó junto a los concejales Guillermo Bonvin, Mariano Puig y Rodrigo Müller, una “vuelta carnera” consistente en abstenerse de votar la renuncia. Esta acción tan corta de miras ahora deja al Concejo con seis ediles, en una situación de debilidad institucional patente y con Sebastián Ranalletta a la espera de asumir su puesto obtenido en elecciones democráticas.

Cammisi no logra llevar adelante esta tarea y pretende ser intendente. Su falta de apego a los reglamentos y el incumplimiento de sus obligaciones, hacen difícil pensarlo dirigiendo los destinos de Esperanza algún día. Hoy demuestra que no podría, que configuraría un peligro para vecinos y vecinas de una ciudad que ronda los 50.000 habitantes.

Existe hoy un bloque, el justicialista, que carece de un concejal. Hoy no está garantizada la debida representación en la ciudad.

Exigimos un urgente tratamiento y resolución de esta situación. Instamos a Cammisi a que haga el trabajo que él mismo se propuso hacer como Presidente del Concejo. Esto significa una afrenta a las instituciones, las normas y la democracia que debe terminar.